El cielo se llena de humo, la tierra desata su ira y su tristeza y solo cuando nos vemos afectados nos damos cuenta de que no lo hicimos bien, no la tratamos como se merece, nos dio de comer, de vestir, nos arropó con sus increíbles paisajes, nos vio nacer, y ahora la estamos viendo morir.
Nos da igual, el humano solo piensa en vivir bien, a costa de estropear el futuro de los que vienen, todo es vanidad. Pero ¿de que va a valer la vanidad cuando la tierra se canse? ya no valdrá de nada el estúpido dinero, ni los lujosos coches, ni siquiera la genial consola que se pedirán los niños de medio mundo por las próximas comerciales navidades.
¿Pero y los niños del otro medio mundo? a esos nadie los mira, simplemente hacen como no existiese otra realidad, pues si la hay, y lo más triste es cuado escuchas a alguien calificarse de solidario por dar juguetes en navidad o por invitar a un vagabundo a marisco el dia de noche buena... ¿y el resto del año?
Me enferma esta sociedad de mierda, solo salir una hora a la calle y ver como la gente compite por ser la más moderna, la más poderosa, malditas apariencias... Prefiero pensar que esa gente no es de mi especie, son humanos pero no son personas, son robots que se rigen por las normas que los que están arriba imponen.
Prefiero no pensar en ello, es sencillamente horroroso.
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