sábado, 24 de marzo de 2012

La leona en la noche

Estaba la leona caminando entre la noche... cabizbaja, con las orejas hacia atrás, y con la luna mirándola con atención, preguntándose por qué esa leona que tanto rugía y alzaba su cola siempre feliz caminaba ahora sola y cabizbaja...
- "Leona, ¿estás bien?"- preguntó la luna preocupada por su felina.
La leona no contestó y siguió su camino, como sin haber escuchado nada.
- "Pequeña, alza la cabeza"- dijo esta vez una voz que venía del cielo pero no era de la luna.
La leona, reconoció esa voz, y con máximo respeto, pero aún así con tristeza alzó su mirada hacia el cielo estrellado y contestó:
- Dime Padre.
- "¿No eres tu acaso esa leona que todo el mundo conoce por su alegría y rugir?"
- "Así es, Negus"- contestó la leona todavía con las orejas hacia atrás.
- "¿ No tienes todo lo que yo te he dado para tu disfrute y para ser feliz, pequeña?"
La leona, avergonzada por haber estado triste y con la cabeza gacha, reconoció su error, y le contestó:
- "Razón tienes, Almighty, tengo todo lo que tu me has dado, pero a veces se me olvida como debo rugir y no sé como actuar" - contestó la leona afligida.
- "Escucha hija de Zion, todos tus actos son dirigidos por mi, todas tus sonrisas ya las he planeado yo antes de que lleguen a tu rostro... eres mía y sé tus puntos débiles, cachorra. Así que camina, no agaches tu cabeza a no ser que sea para contemplar tu rostro en un arroyo y complacerte de como te he hecho"-
La leona entonces, irguió su cabeza y echó una sonrisa tímida. Comprendió que nada podía ocultar a quien le había dado la vida y que no estaba sola en ese sendero, que la acompañaban y bien de cerca, la acompañaba el Más Alto, el que nunca descansa. Eso fue suficiente para que la leona se tumbase a descansar protegida por su hacedor, y abrazada por la naturaleza que la rodeaba.
Dulces sueños leona.

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