viernes, 2 de marzo de 2012
RastafarI stands alone
Y alcé la mirada. La cabeza siempre alta, me repetía. Pero no podía, el peso de la nostalgia era más fuerte que mi cuello. Mis ojos se clavaron en el suelo. No lo podía creer, estaba sola, los único que me acompañaban eran esos ojos claros, esos ojos que me secaron tantas y tantas lágrimas. Creí haber perdido la batalla contra la locura, que nunca volvería a vivir en ese mundo que conocía. Comencé a temblar,mis manos comenzaron a entrelazarse a la vez que mis dientes mordían mis labios con fuerza. Entonces una sombra se acercó a mi y me extendió su mano. Una mano firme y protectora. Yo me daría cuenta después de mucho tiempo de que esa mano es la que fue dirigiendo mi camino, la que me señaló los caminos hacia la felicidad. Esa mano me apartó de todo lo que no me hacía bien, hizo que mis adversarios no fueran más que tiranos de cuentos que desaparecían con solo una mirada. Nunca más estuve sola, nunca más dejé de erguir mi cabeza. RastafarI stands alone.
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